jueves, 23 de agosto de 2012

Todos cometemos errores...

...por eso ponen gomas de borrar en los lápices.
Antes de nada disculpas de nuevo por esta nueva (y espero que última) sequía de publicaciones, somos vagos, estamos bastante liados y además ninguno de los dos tiene nada roto o lisiado, como los tiempos en los que Antón estaba recuperándose de su operación en el hombro y se convirtió en fotógrafo habitual en la playa. Ahora surfea alegremente, mientras la cámara coge polvo, que desaprensivo jaja.
A lo que vamos: uno de los proyectos que tenía en mente era construir una tabla de madera, a la que le dedicaré una entrada como se merece una vez terminada, lo prometo. Esta es una anécdota de como empecé a darle al asunto y del putadón del quince contratiempo que me pasó.
Tenia el material comprado desde el año pasado, pero no fue hasta hace una semana cuando le ataqué seriamente y me puse  a ello, cortando con la caladora hasta horas intempestivas. Cuando tenía el alma, los cantos y todas las costillas ya cortadas y casi listas para pegar...
HORROR! la madera estaba defectuosa y se me deslaminaba en las manos igual que una cebolla, y llego al clímax la cosa cuando se me partió el alma, tanto en sentido literal como en el figurado, porque vi como cuatro días de trabajo se resquebrajaban en mis manos.
En fin, después de esta parrafada (gracias a los que la habéis aguantado) os enseño una imagen del desastre, donde se puede apreciar también el alma nueva que acabo de cortar, ya que pese al bajón del momento sigo firme con la idea de acabar la tabla!


Os mantendré informados de los progresos (y de los problemas) y espero que de aquí salga algo bonito, buenas olas a todos!

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